Desde hacía tiempo escuchaba a mucha gente cercana a mí hablar de Marruecos, especialmente de Marrakech, pero tengo que confesar que nunca había sido un destino que estuviera en mi lista hasta que no dejé de ver fotos increíbles de esta ciudad y empecé a enamorarme de ella antes de conocerla. Sus vistosos colores, su gente, su cultura, fueron la clave para llevarme a tomar la decisión.

Soy una persona que me encanta coger viajes para hacer una escapadita en fechas especiales, como cumpleaños o aniversarios. Y este viaje coincidía con la celebración de mi cumple, el 30 de enero.

Primero pensaba en volar a Turquía, país en el que nunca he estado y le tengo muchas ganas, pero los precios no estaban muy baratos que digamos, además no me apetecía pasar frío, ya que allí sería invierno también, igual que en España.

Así que busqué vuelos a Marrakech como me gusta a mí, con antelación, en septiembre, y ¡voilà! ¡Lo tenía! ¡Y por solo 40 euros ida y vuelta! Tirado de precio, por lo que era mi oportunidad.

Encajé los días para que saliera más barato, volé de domingo a miércoles y salió así de bien de precio. La verdad es que muchas veces la clave está en nuestra flexibilidad de días y horas para poder pillar buenos precios.

En su momento no tenía muy claro qué se podría ver alrededor de Marrakech y la verdad es que no pensaba que iba a necesitar más días en la ciudad si quisiera visitar ciudades cerca o ir al desierto, ya que no lo necesité en mi viaje a Dubai y Abu Dhabi.

Por lo que opté por volar el domingo, así reduciendo un día y ahorrando ese día de alojamiento. Y la verdad es que me hubiese gustado haber estado un día más, para poder hacer alguna excursión o ir al desierto… lo que infelizmente no pude hacer.

Con los vuelos cogidos quedaba escoger el alojamiento. La mejor opción son los riads. ¿Sabéis qué son los riads? Un riad, que en árabe significa jardín, se caracteriza por ser el típico alojamiento marroquí de pocas plantas y habitaciones que contiene un patio interior, alrededor del cual se distribuyen las habitaciones y zonas comunes, suelen estar decorados con decoración muy típica, con mosaicos y plantas, y pueden tener en su centro alguna fuente o piscina.

Lo bueno de este tipo de alojamientos es que nos permiten acercarnos un poco más a la cultura marroquí y hacernos sentir como uno más y, al tener un espacio reducido, el trato con el cliente es mucho más cercano y personalizado, por lo que nos da la sensación de estar viviendo en una casa familiar.

Empecé a mirarlos pronto por la página de booking.com, mi favorita, ya que la mayoría de las opciones nos permiten cancelarlas con pocos días de antelación a la fecha del viaje. Así que barajé diferentes opciones.

No me apetecía pagar mucho en alojamiento ya que lo suyo es aprovechar que en Marruecos se pueden encontrar buenos sitios a precios muy bajos así que ¿por qué gastar más? Busqué sobre todo aquellos riads que tuvieran un poquito de esencia del lugar.

El que finalmente cogimos (45 € por tres noches cada persona, incluyendo tasas locales) infelizmente nos decepcionó mucho, sobre todo en limpieza y el desayuno que era muy pobre. Aunque eso sí, el personal era muy amable.

Os dejo el enlace por si queréis echar un vistazo pero no lo recomiendo. Además mi hermana y yo tuvimos muy mala experiencia de vuelta, ya que cogimos infección por ácaros de las camas y estuvimos muy malitas a nuestra vuelta.

Es aquí cuando os recomiendo que miréis bien todas las opiniones de los riads y que paguéis un poquito más para poder tener mejores condiciones. Porque también según me han comentado, este tipo de alojamientos por defecto no tienen muy buena limpieza, si los comparamos con los que podemos encontrar en España.

Una vez ya tenía lo más importante, quedaba soñar con el viaje y esperar a que llegara el día. Hasta entonces, como siempre, recopilé toda la información necesaria de los sitios imprescindibles para ir a ver y qué cosas tenía que hacer una vez aterrizada en suelo marroquí.

Excursiones

En cuanto a las excursiones, miré más o menos por cuánto rondaban los precios pero no cogí nada y esperé a llegar allí para decidir ya que tampoco estaba muy claro el plan que haríamos allí y si tendríamos tiempo o no.

Además, en los alojamientos siempre suelen ofrecer excursiones. Pero que sepáis que en Internet podéis encontrar distintas opciones, estoy segura que alguna se ajustará a vuestras preferencias y presupuesto 🙂

Llegada al aeropuerto

Después de tantos años viajando, el aeropuerto de Marrakech me sorprendió mucho, en todos los sentidos. Nada más bajamos del avión, ya dentro del aeropuerto, nos hacen rellenar un papel para poder entrar al país.

Lo curioso es que esto nadie nos lo dice, lo supusimos porque vimos a más gente haciéndolo y fuimos a ver qué es lo que hacían todos. Por sorpresa, si no tienes un boli a mano te tocará esperar a que te dejen uno o búscate la vida, el aeropuerto dice que lo tenéis que rellenar pero cómo lo vais a hacer es cosa vuestra… ¡¡Así que meted un boli en vuestra maleta!!

A continuación, un control de pasaportes muy lento, con gente con pocas ganas de trabajar, Una vez hayáis pasado por el control, otro policía hará un segundo control para «comprobar» que llevas el pasaporte realmente sellado.

Otra cola más. Y cuando penséis que se ha terminado, por si fuera poco, otra cola más para que pases todas tus pertenencias por un control de metales. Increíble. Este mismo proceso para entrar al aeropuerto el día de vuelta. Entre otras cosas más.

Así que id con tiempo, no vaya a ser que estos exhaustivos controles sin sentido os hagan perder el vuelo o vuestro transfer del aeropuerto al alojamiento si lo tenéis contratado (esto le pasó a una amiga).

Traslados

Antes de ir a Marrakech, me contaron y leí en unos cuantos blogs que no nos fiáramos mucho de la gente de allí, sobre todo taxistas y personas que quieren hacer de guía por la calle, porque siempre intentaban timarnos y pedir dinero por todo.

Por lo que optamos por contratar un transfer y así llegar tranquilas y ahorrarnos problemas nada más llegar. Quizás no es la opción más barata (nos costó 10 euros con el servicio de Ryanair ,que se puede contratar al facturar el vuelo, nada caro si comparamos con los precios en España) pero sin duda la más cómoda. Y aún así algún disgusto nos dio…

¿Qué llevar a Marrakech en la maleta?

Yo siempre digo que lo primero es mirar el tiempo que nos va a hacer. Yo me dejé engañar pensando que por estar en África no haría frío, y la verdad es que no llevé la ropa adecuada.

Sobre todo en esta época del año, invierno, hace mucho aire y por las mañanas y noches bastante frío, sobre 4 – 5 grados. Así que llevad ropa de frío! Y aún más si tenéis pensado pasar la noche en el desierto.

No está de más que llevéis repelente. Yo que soy alérgica, volví llena de picaduras.

Si usáis lentillas, incluso si no, os recomiendo que metáis en el necessaire colirio o gotas humectantes para los ojos, ya que en la ciudad hay mucho humo y notaréis los ojos resecos y es muy molesto.

Los enchufes en Marrakech son idénticos a los de España por lo que no os hará falta adaptador.

Y por último, llevad la mente muy abierta y ganas de probar cosas y sabores nuevos. Marrakech es una ciudad de muchos contrastes, que os puede sorprender si no estáis acostumbrados a ello. A mí, aún estando acostumbrada, me chocó bastante. De esto os iré hablando en los próximos posts.

Si queréis seguir de cerca mis aventuras, seguidme en INSTAGRAM y TWITTER y ¡que nunca os falten motivos para viajar!

AHORRA EN TU PRÓXIMO VIAJE

   ¿Necesitas un SEGURO DE VIAJES? Consigue aquí 5% DE DESCUENTO en tu seguro con MONDO.

    Encuentra los mejores TOURS, ACTIVIDADES EXCURSIONES en tu destino

          con Civitatis  aquí.

   Consigue 5% DE DESCUENTO en tu SIM de datos HOLAFLY para tu viaje al extranjero aquí o con el código 101MOTIVOSPARAVIAJAR.

   CAMBIA TU DINERO aquí al mejor precio y sin comisiones con EXACTCHANGE.

[blossomthemes_instagram_feed]

Pin It on Pinterest

Share This