Belém es un conocido barrio de Lisboa, desde donde partieron los portugueses para conquistar gran parte del mundo. Pese a que este barrio está plagado de turistas (como el resto de la ciudad), al llegar allí no tendréis la sensación de que estéis rodeados de ellos, por lo menos eso es lo que me pasó.

Es un barrio muy tranquilo y muy admirado por todos los que van allí por la gran historia que guarda tras sus conocidos monumentos.

Por el Bairro (barrio en español) Belém podemos caminar tranquilamente, disfrutar de sus naranjos, conocer sus calles y principales puntos de interés sin prisa. Es una visita imprescindible para todos los turistas y, si vais temprano, en una mañana habréis visto lo principal. Aquí también fue donde encontré los souvenirs más baratos.

¿Qué ver en el Barrio Belém de Lisboa?

En el barrio Belém de Lisboa lo que veremos principalmente será el Monasterio de los Jerónimos, el monumento del Padrão dos Descubrimentos y, por supuesto, la Torre de Belém. Están relativamente cerca y se encuentran en la misma zona, por lo que podemos verlos a lo lejos desde cualquiera de estos tres monumentos. Aquí no necesitamos mapa porque nos ubicaremos fácilmente.

A este alejado barrio, situado a las orillas del Tajo, solo podremos llegar haciendo uso de algún medio de transporte, bien sea tranvía (el 15E desde Praça do Comércio), autobús (28, 727, 729, 751 y 201), tren (desde Cais do Sodré dirección Cascais) o barco (desde Cais do Sodré).

Yo cogí el tren, pero es el medio que más tarda, aunque en su momento no lo sabía, por lo que optad por el tranvía si podéis y queréis.  El tren nos deja en la puerta del Monasterio de los Jerónimos (Mosteiro dos Jerónimos). Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1983 y constituye unos de los principales ejemplos de la arquitectura de Manuel I en Portugal, quien ordenó su construcción para conmemorar el regreso de la India de Vasco de Gama.

Monasterio de los Jerónimos

Desde aquí tendremos que caminar hasta la Torre de Belém, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983. Fue construida entre 1515 y 1519 y es obra de Francisco de Arruda. Su situación estratégica, en la desembocadura del Tajo, hizo que inicialmente sirviera para la defensa de la ciudad, pero posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro.

Torre de Belém

Desde la Torre de Belém nos dirigimos al Padrão dos Descobrimentos. Este monumento, con forma de carabela, fue construido en 1960 al margen del río para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante y en homenaje a todos los marineros y a los que participaron en el desarrollo de la Era de los Descubrimientos, quienes aparecen tallados alrededor del mismo.

Padrão dos Descobrimentos

Desde él, la única forma de volver a la parte de la ciudad es caminando por la orilla del río donde, más adelante, encontraremos un cruce. La verdad es que este tramo está muy mal hecho si queremos cruzar al otro lado sin perder tiempo. Pero como todo, hay que mirar el lado bueno.

Mientras caminamos por la orilla podemos disfrutar de las bonitas vistas que nos regala el río Tajo. Sobre él descansa el Puente 25 de abril (inspirado en el puente de San Francisco en California) y el famoso Cristo Rey (réplica, poco conseguida, del Cristo Redentor de Rio de Janeiro).

Puente 25 de abril

Otra opción para hacer este trayecto sería bajar en la parada anterior a la del Monasterio y hacerlo al revés: primero cruzando hacia el río y de ahí proceder al monumento de Padrão dos Descobrimentos. A continuación ir a la Torre de Belém y luego ir hasta el Monasterio dos Jerónimos, y desde él finalmente llegaríamos otra vez a la ciudad.

Sea de la forma que sea, en el barrio Belém de Lisboa tenemos parada obligatoria en la Pastelería Pastéis de Belém, la primera fábrica de los típicos pasteles de nata que empezó a fabricarlos en 1837, por eso se dice que es donde se encuentran los mejores pasteles de la ciudad.

Yo por si acaso solo probé esos para así evitar comparaciones odiosas 😛 Cada pastelito vale 1,20 euros, aunque hay promociones si se compran más cantidades.

¿Dónde comer en Belém?

Creo que la mejor opción aquí es buscar un sitio de comida casera porque además de rica es mucho más barata. En la parte más alejada de la zona turística, por así decirlo, encontramos varias opciones.

Os recomiendo Rut dos Pregos, en Rua Da Junqueira, que está a tan solo 5 minutos caminando desde la Pastelería Pastéis de Belém. Aquí encontráis todo tipo de platos típicos de la zona muy caseros y pescado fresco; las porciones de marisco se pagan por kilo/gramos. También encontráis bebidas locales así como postres riquísimos.

                           

Después de un día por el precioso barrio Belém de Lisboa, toca volver al centro de la ciudad. Belém sin duda es una de mis partes favoritas y una zona donde pasear tranquilamente y disfrutar del ambiente lisboeta al completo. Así que no dejéis de ir allí en vuestra visita a la capital portuguesa, un imprescindible.


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Ray

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