Si alguien me hubiera dicho que hace unos meses iba a bucear por primera vez en mi vida, no me lo creería. A día de hoy os puedo decir que ha sido una de las mejores experiencias que he vivido en mi vida y que estoy deseando poder volver a hacerlo.

La verdad es que llevo mucho tiempo queriendo escribir un post sobre esa experiencia increíble, pero llegó el verano y nunca me he puesto ha ello. Pero por fin ¡ya está aquí!, para que quede documentado para siempre y, aunque con palabras será difícil describir, os intentaré contar todas las emociones que sentí y viví.

Una experiencia sostenible

Más allá de la experiencia de bucear por primera vez en sí, que por sí sola ya es lo suficientemente impresionante, esta aventura tiene un trasfondo muy bonito, que la hace aún más especial.

En el mes de Julio (2018) me llegó una invitación por parte del equipo de Comunicación Digital de Endesa, compañía eléctrica española que tiene en marcha infinidad de proyectos, entre ellos varios que buscan la sostenibilidad ambiental y la conservación de las especies y parajes naturales. Si no los conocéis os animo a que accedáis a su página web.

#EndesaChallenges es un evento organizado por el equipo de Comunicación Digital de Endesa en el que invitan a profesionales y expertos del sector para que conozcan, de una forma original y diferente, más de cerca los proyectos que lleva a cabo la compañía en diversos ámbitos.

En esta ocasión, nos acercaban a la economía circular, el turismo sostenible y la conservación de la biodiversidad. ¿Sabéis qué tienen en común? Todos ellos buscan un modelo económico regenerativo, renovable y que cuide y conserve el medioambiente.

Los pilares fundamentales de la economía circular son la eficiencia y la optimización de los recursos para poder devolver al medio su estado de preservación original o, al menos, intentar mejorarlo.

Por su parte, el turismo sostenible es la fusión entre la industria turística y la protección del medio ambiente, y busca sensibilizar y promover conductas responsables entre los visitantes a otro lugar diferente al suyo de procedencia, así como concienciar al cuidado del medio ambiente y no poner en peligro su riqueza biológica.

Durante este #EndesaChallenges, pude conocer de cerca algunos de los proyectos en los que participa la compañía eléctrica: el proyecto de conservación del fondo marino de su antigua central térmica de Sant Adrià de Besòs en Badalona y el proyecto Coracias, basado en la conservación de la carraca europea en el Parc Natural dels Aiguamolls de l’Empordà en Gerona.

El proyecto de conservación del fondo marino de su antigua central térmica de Sant Adrià de Besòs en Badalona, nace del afán de Endesa que, dentro de su compromiso con la economía circular, de velar por la conservación de la zona y favorecer su desarrollo con la creación de un biotopo-parque de arrecifes artificiales.

Poder conocer de cerca ambos proyectos fue para mí muy especial, ya que hacía aproximadamente un año había escrito sobre el primero en su web corporativa y también conocía muy bien el segundo. Ver con mis propios ojos lo que meses atrás solo conocía a través del ordenador, fue una experiencia única que nunca pensé que llegaría a vivir.

Y lo hice de la mejor manera posible: ¡buceando! Para conocer los arrecifes artificiales de la antigua central, pude bucear por primera vez en mi vida, con los nervios y algo de miedo a flor de piel, y me adentré en el mar para conocerlos de cerca y en primera persona. 

Buceando por primera vez: el bautismo

Tengo que reconocer que soy una persona que me suele dar miedo enfrentarme a situaciones desconocidas y, aunque me ilusionaba muchísimo poder hacerlo, mi mente empezó a inundarse de pensamientos que me hicieron tener mucha angustia.

Pese a que iba acompañada de un monitor, me aterraba la idea de que la botella de oxígeno fallara en algún momento, o que no consiguiera respirar a través de ella debajo del agua.

A todo ello había que sumar lo mucho que me agobiaba tener que respirar solo por la nariz y el traje entero cerrado, dejando solo mi boca al aire. Pese a eso tenía que ser valiente y desterrar esos miedos sin sentido alguno. ¡Y lo conseguí! ¡Buceé por primera vez en mi vida!

Antes de meternos al agua nos dieron varias instrucciones sobre cómo actuar en cada momento, desde antes de meternos en el agua hasta que ya estábamos abajo.

Quitar la presión de los oídos, limpiar las gafas si se empañan o si entra agua, así como conocer los típicos gestos que debemos hacer a nuestro monitor para decir que todo va bien (hacer un «ok» con la mano), que podemos seguir bajando (pulgar hacia abajo) o, si en cambio, queremos subir a la superficie (pulgar hacia arriba)…

Una serie de indicaciones que debemos tener muy en cuenta. Aunque nuestro monitor estará pendiente de nosotros en todo momento, o debería.

A todo esto tengo que dar las gracias a la escuela de buceo con la que lo hicimos, Centro de Buceo Blaumar, ya que nos dieron nuestro tiempo para poder acostumbrarnos con todo el equipo de buceo, y luego un periodo de adaptación dentro del agua. Esto me transmitió muchísima confianza y me sentí segura en todo momento, y creo que esto es esencial, sobre todo si nunca lo hemos hecho.

Si te da miedo eso es justo lo que necesitas

Pese a que el mar estaba revuelto y la visibilidad no era muy buena, se podía apreciar cómo la fauna y la flora marina habían poblado las antiguas tuberías de la central, formando un ecosistema marino perfectamente asentado y que se ha conservado gracias al apoyo de Endesa.

Bucear para mí fue una de las experiencias más especiales que he vivido y estoy deseando volver a hacerlo pronto.

Tener la responsabilidad de controlar todo y, cuando aprendes a hacerlo, sentirte libre. Poder nadar en la profundidad del océano y conocer las especies que viven en él de cerca. Sentir sus zonas más frías, sus otras más cálidas. Libertad. Un cúmulo de sensaciones únicas que cada vez que las recuerdo vuelvo a imaginarme allí otra vez.

La verdad es que aunque es una experiencia que todos queremos vivir al menos una vez en la vida, no es algo que se pueda hacer a la ligera. Debemos dejarnos guiarnos por nuestros monitores, porque son los que mejor pueden controlar la situación para que todo salga bien y en el caso de que algo salga mal.

¿Vosotros habéis buceado? ¿Dónde? ¿Sentisteis algo de miedo al principio? ¿Os ha gustado? ¡Contadme vuestra experiencia!


Por otro lado, todos los asistentes de este #EndesaChallenges también pudimos conocer muy de cerca el proyecto Coracias. A través de una ruta en bicis eléctricas, nos acercamos hasta la zona en dónde se han colocado las cajas nido para la observación de esta especie, que hasta el momento encontraba grandes dificultades para procrear.

Allí pudimos charlar con los biólogos y profesionales sobre todos los detalles del Plan de Conservación de la Biodiversidad de Endesa, y cómo este ha ayudado a aumentar las crías de esta especie en extinción.


Sin duda para mi, que busco practicar el turismo sostenible y el cuidado de nuestro entorno, poder conocer estos dos proyectos me hizo reflexionar sobre la importancia de que grandes empresas, como es el caso Endesa, aporten su granito de arena y apuesten por conservar nuestro medioambiente dándole una segunda oportunidad cuando, por sus propios medios, no fue capaz de hacerlo.

Y vosotros, ¿qué hacéis para cuidar el medioambiente? 🙂


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